No es ninguna novedad que no estamos atravesando un buen momento. Desde luego 2016 no está siendo nuestro año. Nada nos sale a derechas y, salvo contadas alegrías, todo parecen ser malas noticias.
Comencé muy ilusionada este blog. Tenía en mente contar nuestro día a día como familia, nuestra búsqueda, mi embarazo...pero al final, me da la sensación de que lo único que cuento son penas. Pero es que estoy triste, qué puedo hacer? Por más que lo intento no consigo salir de este bucle.
La operación de mi suegro no ha ido nada bien. Aunque pensaban que el tumor estaba muy localizado, al abrir vieron que se había extendido por lo que el pronóstico ha empeorado considerablemente. Ahora tocará iniciar el tratamiento y ver cómo evoluciona.
Cuquipapá lo ha encajado fatal. Lo lleva muy mal y desde el pasado lunes se ha instalado prácticamente en el hospital. Va pronto por la mañana y regresa tarde. Apenas ve a la Cuqui, que pregunta constantemente por él. Yo tampoco es que le vea mucho. Sus padres viven en otra localidad, y el hospital se encuentra a una hora de casa. Únicamente tenemos un coche, y entre el trabajo y la peque, solo he podido ir el mismo día de la operación.
A pesar de tener dos hermanos más, parece que el acompañar a sus padres haya recaído principalmente en él. Es una responsabilidad autoimpuesta, ya que siendo tres sería fácil turnarse, pero él siente la necesidad de estar el máximo tiempo posible allí. Quizás se deba a cierto sentimiento de culpa, él siempre ha sido el más "despegado" de la familia, y me da la sensación de que por ahí van los tiros.
Aunque le entiendo, me molesta que no sea capaz de pensar que él también tiene una familia, una mujer y una hija a la que prácticamente no ha visto en tres días. Por mi parte me siento totalmente desplazada. No puedo acompañarle al Hospital porque trabajo y porque por las tardes he de cuidar de la Cuqui. Pero es que incluso si pudiera dejarla con alguien, tampoco podría ir porque pedirle que venga a buscarme (incluso estando sus hermanos allí) es poco menos que decir una barbaridad...cómo va a dejar a sus padres tanto rato?...
Y todas estas cosas por supuesto me las callo, porque su padre tiene cáncer y qué clase de ogro sería yo si encima le echara nada en cara?
Así que me lo trago.
Me trago que en uno de los momentos más difíciles de su vida esté optando por apartarnos de su lado.
Me trago que me diga que quiere parar la búsqueda porque no tiene cabeza para otra cosa.
Me trago que mientras escribo este post una amiga acabe de anunciar su embarazo en whatsapp.
Me trago las lágrimas que me salen a borbotones y la frustación que siento al ver que mi sueño se congela.
Me trago toda la rabia que me crece dentro y que no se cómo ni hacia dónde canalizar.
Me trago todo esto y más porque con él no puedo hablar. No me deja acercarme y no se cómo ayudarle.
Me queda este pequeño refugio, mi blog, que no está siendo el lugar simpático y alegre que había imaginado, pero que me permite vomitar los sentimientos que se me acumulan en la boca del estómago y que casi puedo sentir cómo escuecen.
A pesar de tener dos hermanos más, parece que el acompañar a sus padres haya recaído principalmente en él. Es una responsabilidad autoimpuesta, ya que siendo tres sería fácil turnarse, pero él siente la necesidad de estar el máximo tiempo posible allí. Quizás se deba a cierto sentimiento de culpa, él siempre ha sido el más "despegado" de la familia, y me da la sensación de que por ahí van los tiros.
Aunque le entiendo, me molesta que no sea capaz de pensar que él también tiene una familia, una mujer y una hija a la que prácticamente no ha visto en tres días. Por mi parte me siento totalmente desplazada. No puedo acompañarle al Hospital porque trabajo y porque por las tardes he de cuidar de la Cuqui. Pero es que incluso si pudiera dejarla con alguien, tampoco podría ir porque pedirle que venga a buscarme (incluso estando sus hermanos allí) es poco menos que decir una barbaridad...cómo va a dejar a sus padres tanto rato?...
Y todas estas cosas por supuesto me las callo, porque su padre tiene cáncer y qué clase de ogro sería yo si encima le echara nada en cara?
Así que me lo trago.
Me trago que en uno de los momentos más difíciles de su vida esté optando por apartarnos de su lado.
Me trago que me diga que quiere parar la búsqueda porque no tiene cabeza para otra cosa.
Me trago que mientras escribo este post una amiga acabe de anunciar su embarazo en whatsapp.
Me trago las lágrimas que me salen a borbotones y la frustación que siento al ver que mi sueño se congela.
Me trago toda la rabia que me crece dentro y que no se cómo ni hacia dónde canalizar.
Me trago todo esto y más porque con él no puedo hablar. No me deja acercarme y no se cómo ayudarle.
Me queda este pequeño refugio, mi blog, que no está siendo el lugar simpático y alegre que había imaginado, pero que me permite vomitar los sentimientos que se me acumulan en la boca del estómago y que casi puedo sentir cómo escuecen.